Sentimientos de la nación
Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal
Teresa de Calcuta.
Uno nunca sabe cómo van a terminar las cosas, este último año trajo muchas sorpresas.
Quizá durante algún momento pensé que iba camino abajo, que la oscuridad que me rodeaba sería determinante. Por eso lancé un grito de ayuda a mis amigos. Ellos respondieron inmediatamente, algo perplejos y preocupados. Algunas veces el cariño no es suficiente para arreglar una situación, pero el hecho de pedir ayuda fue un paso muy importante.
Sentí que necesitaba una ayuda más espiritual, una conexión con el universo.
No sabía que un gesto de esa naturaleza me llevaría a una aventura tan emocionante: el amor.
Una musa caótica asomó un rayo luminoso que llamó mi atención, que hizo saltar a mi sexto sentido, que una certeza profunda me condujo hacia ella irremediablemente. No pasó mucho tiempo antes de que supiera que todo era verdad y que me enamorase irremediablemente.
Muchas leyes de la probabilidad se rompieron para que este amor surgiera, pero justo por eso sido tan fuerte lo que sentido. Y no iba a dejar pasar semejante oportunidad, ninguna adversidad me iba a desalentar.
Estoy completando mi mes más feliz, he aprendido tantas cosas, no sabía que tenía tantas cosas por perdonarme, o que podía apagar los pensamientos en mi cabeza, a despojarme de lo no esencial. De la sonrisa que puede durar tanto, de este sentimiento de agradecimiento que renueva mi fe.
Ahora sé que tengo demasiadas cosas por agradecer, soy demasiado afortunado. Sobran los motivos para festejar.
Publicado el abril 9, 2014 en Amor, Brasil, Magia, México y etiquetado en Aglaé, Amor, destino, enamoramiento, vida, Yolátl. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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